miércoles, 30 de enero de 2008

Caperucita Roja y la censura barata de los retrogrados


Como ya debéis saber, la mayoría de los cuentos de hadas pasaron por una serie de fases o cribas hasta llegar a la versión que todos conocemos. En la historia de un cuento de hadas podemos encontrarnos su época folclórica (el cuento al desnudo) la versión original que durante siglos se relataba oralmente, luego esta la revisión de Perrault y por ultimo la de los hermanos Grimm.

Hoy voy a hablar de caperucita roja (alias Carapuchiña Vermella) y voy a plasmar aquí todo lo investigado sobre la etapa pre-Perrault de este cuento. La historia del impostor que asume la identidad de la abuela de la protagonista ya era muy común en el siglo XIV en Francia e Italia, en este ultimo era conocida como “La finta nona” (la falsa abuela). Incluso en oriente había un cuento similar, pero con un tigre como rival de la protagonista.

Volviendo a la historia, se debe remarca que en un comienzo no se trataba de solo de un lobo, en algunos casos era un ogro y en otros un hombre-lobo, esto ultimo tiene mas sentido teniendo en cuenta que después de la brujería, la licantropía era la practica mas perseguida por la santa inquisición. La cuestión es que el lobo después de matar a la abuelita hace un guiso con el cadáver y se pone la ropa de la vieja. Minutos mas tarde llega caperucita que por sugerencia de su “abuela-Lobo” se come parte del guiso (No es coña…y si piensan que esto es desagradable mejor no sigan leyendo).

Una vez que el lobo consigue que caperucita se coma el cadáver, obliga a la pequeña a que se desnude completamente y a que se meta a la cama con el. Una vez ahí el animal dice, hace o tiene algo (Probablemente una erección de caballo) que hace que la niña sospeche y quiera escapar. ¿Y que excusa pudo poner caperucita? Pues la clásica y súper trillada “Abuelita me dejas ir al baño que me cago”. El lobo que no tenía ningún pelo de tonto ata un extremo de un ovillo de hilo a la niña, para asegurarse que no escape, y la deja ir al baño. Camino al servicio se desata y escapa.

En la primera versión escrita de esta historia, la de Perrault, el final era más interesante ya que terminaba con caperucita muerta, a punto de convertirse en guiso. Es que según palabras del autor, la muerte de caperucita era esencial para comprender la moraleja del cuento. (no se como pude odiar a este tipo...)

De cualquier forma, en ninguna de estas versiones aparece el leñador, ya que este fue un invento de los hermanos Grimm que no solo sufrían de homosexualidad distónica, si no que también eran misóginos y del opus. Desgraciadamente esta version es la que tenemos disponibles en todas las liberias del mundo.